“Santa Coloma del Mar”

REPORTAJE

Santa Coloma ha tenido cierta tradición de ir a la playa de Montgat. Antes había el autobús SM, que paraba en la misma puerta del Ayuntamiento y hacía ese recorrido. Quizá por eso, hoy una decena de familias de Santa Coloma veranean en Montgat. Las viejas casitas de pescadores son, durante cinco meses, la segunda residencia de muchos colomenses. 

Uno de ellos es Anselmo Tabero Valverde, del Fondo de Santa Coloma, que veranea desde hace trece años en una de esas casitas: cocina-comedor y dos habitaciones. El lavabo y las duchas están fuera y son comunitarias. Aquí, en los antiguos Banys de Montgat queda demostrado que no hay que viajar lejos para encontrar la paz y la tranquilidad. “Somos como una familia”, afirma Isabel Anaya, esposa de Anselmo, que interrumpe su charla con las vecinas, todas ellas con su sillita en la puerta.

Mucha charla y poca tele

El ambiente es parecido al camping, solo que no hay tiendas ni caravanas, sino antiguas casitas de pescadores. Es un pequeño barrio situado entre el mar y la vía del tren. “En primera línea de mar”, subraya Anselmo con cierto sentido del humor. “Es Santa Coloma del Mar”, como dice otro amigo mío. En realidad es un sitio modesto y viejo, pero limpísimo, en el que prevalecen las relaciones humanas sobre la tele y los ordenadores. Una barriada en la que nueve de la treintena de familias son de Santa Coloma; el resto, de Barcelona y de l’Hospitalet. Sus vidas transcurren unidas por la convivencia, entre la playa y la subasta de pescado en la pequeña lonja, entre la paella y la partida de dominó. “Por la noche, jugamos al bingo familiar, a 10 céntimos la partida”, dice Isabel, que ríe y remueve unos mejillones a la marinera.

“Ha sido una de las mejores decisiones de nuestra vida”, sostiene Isabel. Ella y su marido, que tienen cuatro hijos, alquilaron la casita número 10 al jubilarse Anselmo de la Pirelli. “Estaba en una sección que hacíamos piezas para automóvil. Después de trabajar durante toda la vida buscaba una cosa tranquila y aquí estoy en la gloria. Solo tengo la preocupación de tener a mi hijo menor en el paro”.

Hoy, Isabel y Anselmo viven la mitad del año en Montgat, pero van un par de veces a la semana a comprar al Fondo de Santa Coloma y regresan. En autobús, claro. / JORDI CORACHÁN

Quant a Jordi Corachán
Periodista

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